Equilibrar lado masculino y femenino

Equilibrar lado femenino y masculino20180403 205144

Sabemos que nuestro cuerpo no es solo el cuerpo físico; cuerpo mental, emocional y espiritual. Pero también, contamos con una lado masculino y con otro femenino.

Nos identificamos con el sexo de nuestro cuerpo físico y pensamos que no tenemos ese otro cuerpo. Pero lo cierto es que contamos con dos cuerpos etéricos: uno masculino y otro femenino. Nuestro lado derecho es el masculino y está asociado al color blanco. Nuestro lado izquierdo es el femenino y está asociado al color negro. Ambos funcionan en perfecta armonía y se fusionan como el yin y el yang, pensamiento y sentimiento, activo y pasivo...

En nuestro ejercicio, vamos a usar piedra luna labradorita. Me gusta mucho trabajar con ellas la capa emocional y ambas trabajan perfectamente la simbología yin-yang.

Partimos de estado meditativo y con nuestros cristales limpios y activados. Vamos a proyectar frente a nosotros, nuestro cuerpo feminino y nuestro cuerpo masculino. Visualízalos cada uno de su color. Obsérvalos...¿son de igual tamaño? ¿Tienen la misma postura? ¿Alguno esta agachado? ¿De espaldas?

Intenta conectar con cada cuerpo por separado. Céntrate en tu lado masculino. ¿Cómo se siente? ¿Está en tensión? Siente dolor? ¿Qué te llega de él?....No juzgues, no analices, sólo percibe y acepta.

Ahora tu lado femenino. ¿Qué siente? ¿Su forma es correcta? Qué transmite. Igualmente, limítate a recibir, no juzgues ni analices.

Establece comunicación entre ellos dos. ¿Tienen algo que reprocharse el uno al otro? ¿Hay tensión entre ellos? ¿Hay armonía? Deja que fluya, libera lo que siente cada uno.

Coge ahora la piedra luna en tu mano derecha y la labradorita en la izquierda. Visualiza como la energía del cristal rodea a tus cuerpos. La piedra luna, energía femenina, al cuerpo masculino. La labradorita, energía masculina, al cuerpo femenino. Mantén esta visualización por unos minutos sintiéndo como se impregnan de ella. Ahora establece un lemniscata entre ambos cuerpos, de manera que los campos energéticos se vayan equilibrando y equiparando.

Realiza el ejercicio hasta que percibas que ambos cuerpos tienen el mismo tamaño y la misma energía.

Terminado el ejercicio, anota los pensamientos que recibiste de tus cuerpos durante el análisis para trabajar sobre ellos.