Eclogita, le piedra de la superación

Eclogita, la piedra de la superación

Hay temporadas que por mucho empeño y energía que le pongamos a las cosas, parece que todo se pone en nuestra contra. A pesar de ponerle entusiasmo y pensamientos positivos, la negatividad, la frustración o el desánimo van calando poco a poco y llega un momento en el que nos planteamos tirar la toalla.

Para.

Antes de arrojarlo todo por la borda, vamos a analizarlo de otra manera.

Primero de todo, cuantifica cuánto son tus absolutos. Es decir, cuando dices "Todo me sale mal", cúantas cosas son las que te salen mal, enumeradas.  Este simple ejercicio te devolverá una imagen bien distinta de esa afirmación tan catastrófica, pues posiblemente te estés referenciando a una o dos cosas a lo sumo.

Segundo, de todo eso que has numerado, piensa si todas te suponen un problema o se trata solo de una molestia que echo a la lista para que así parezca que me quejo por más cosas cosas. Ejemplo, he suspendido un examen, mi blusa favorita se ha manchado y he perdido el autobus.

Analicemos cada problema. He suspendido un examen. ¿Tendré otra oportunidad? Si, más adelante. Bien, perfecto, tiene solución. ¿Cómo lo enfoco? Tengo tiempo para prepararme mejor y para dar una mejor versión de mi esfuerzo.

Mi blusa favorita se ha manchado. ¿Es esto un problema? No, es una molestia. Me he puesto otra blusa.

He perdido el autobús. ¿He llegado tarde? No, he cogido el siguiente. Mi nivel de estrés ha subido un poco, pero he llegado a tiempo o al menos no ha tenido consecuencias mayores.

Lo que quiero explicar con esto es que dependiendo de tu estado de ánimo, puedes estar añadiendo cosas extras a tu lista de fracasos que ni son fracasos ni son cosas negativas, solo porque sientes que necesitas muchas causas para justificar que te sientes mal. Es lícito sentir frustración, cansancio, desánimo... pero no lo es regodearse en el fango.

Os hablo hoy de la eclogita no porque vaya a ser la piedra milagrosa que te resuelva el día, porque ese es tu cometido, sino por la energía que desprende de decirte, venga, mira las cosas con un poco más de realismo y ve que la realidad es como tu la quieres ver. ¿Quieres centrarte en que has suspendido? o ¿quieres ver en esto una oportunidad de sacar mucha mejor nota y obtener otro resultado?, ¿quieres echar a perder un día porque no has podido ponerte una determinada blusa? tu no eres una blusa. ¿Es a caso esa blusa más importante que tu mismo? ¿es tal el apego que tienes a algo material que si lo pierdes te genera un problema? Mira las cosas desde un punto de vista más realista, menos emotivo.

La eclogita te hace ponerte un poco en perspectiva para que de verdad actúes donde tienes que actuar y que tomes las decisiones de lo que verdaderamente es importante. También te recuerda hasta donde has llegado para que no te rindas ahora. Después del último obstáculo, está la victoria. No te rindas ahora, no lo abandones todo por un contratiempo, no tires la toalla ahora que estás tan cerca. Tienes opciones:

* Persiste por tu esfuerzo,

* Replantéate el objetivo,

* Cambia de estrategia,

* Redefine el horizonte...

Haz los ajustes que debas para obtener una respuesta diferente si esta no te ha convencido, pero no te rindas.

Persigue aquello que quieres y si ves que aquello que creías que querías ya no te interesa, perfecto, cambia el rumbo. Reinvéntate. Renuévate.

Que tu vida sea como tu quieres vivirla.